Nos rodeaba gente, escuchaba hablar, era un murmullo lejano. Apoyé la espalda sobre el armario y caí al suelo...Seguía escuchando murmullos y noté que me arrastraban...no sé cómo llegué debajo del níspero, ni por qué mi nariz, como desde hacía seis meses, seguía sangrando...
Se acabó, todo había terminado, no más noches en vela, no más alarmas cada tres horas, no mas triturados, no más insulinas, ni más pañales, ni más médicos, ni más pastillas, ni más enemas, ni más dolor, ni más miedo, ni más silencios, ni más lágrimas... Las personas se me acercaban, me besaban, me consolaban, me animaban, me lloraban, me cogían la mano...y mi nariz, seguía sangrando.
Mi hermana lloraba, me miraba y lloraba.
- No llores, no llores más, ya no toca. Mira, ven, acércate ¿Cómo la ves ahora? Está tranquila, no le duele nada, no sufre. Todo está bien, todo está bien. Sólo tenemos que darnos un ducha, salir a la calle y recomenzar sin ella...ya queda lo más fácil.
Y durante casi treinta años intenté y sigo intentando hacer que sea fácil.
Siempre me viene esa duda a la cabeza. La de si debemos alargar nuestra vida con la medicina o dejarnos ir como los animales, de un modo natural, cuando nos llegue el momento. La muerte se ve como el horror definitivo y no es mas que un descanso. Se acabaron las mañanas tristes y las fatigas. Sólo los que nos quedamos podemos quedarnos con sentimientos encontrados de culpa, pena o lo que sea, todo inútil.
ResponderEliminarEl texto es buenísimo y condensa mucho en muy poco espacio.
Siento que mejor dejarnos ir, como el resto de los animales, pero evitando todo el dolor y el sufrimiento, si es posible.
EliminarNunca sabré si lo hice bien, a pesar de querer, incluso, respirar por ella aquel último día.
Gracias chaval!! Un beso enorme.
Momentos terribles y que sin embargo forman parte de la vida. Muerte y vida son las dos caras de una misma moneda.
ResponderEliminarUn saludo.
Muerte y vida van unidas, pero cuando se es joven cuesta entender esto mucho más.
EliminarGracias por pasar, un besote.
No parece que haya nada que comentar. Cuando las palabras de quien habla salen del corazón es suficiente el silencio.
ResponderEliminarUn beso.
Aún cuando digo disparates, siempre salen del corazón, es uno de mis grandes defectos. Pero tienes razón, como "casi" siempre, en esta ocasión hay poco que decir.
EliminarUn beso grande.
Enorme relato, Detalles. Me has recordado tantas y tantas cosas que ya no podré olvidar esta bloguería. Un abrazo y feliz noche.
ResponderEliminarSi te ha provocado dolor, lo siento. Por un momento bajé la guardia, me quité la coraza y afloraron los recuerdos.
EliminarUn besote.
Detalles, sin lugar a dudas se queda uno marcado tras este breve pero intenso relato., simplemente magnífico...
ResponderEliminarUn abrazo.
Elperroverde
Son muchas experiencias, a lo largo de nuestra vida, las que nos van forjando la personalidad. Me temo que la mía la marcaron algunas muy duras, pero también me hicieron muy fuerte, ¡¡Siempre en positivo!!!
EliminarGracias por pasar ¿Donde andas? Un besote.
Se me fastidio un portátil y el fijo y otro portátil hacen uso mis hijas por los estudios universitarios, espero agenciarme pronto otro pues con el móvil aunque es rápido y fluido para hacer post es una fastidio.
EliminarPues ahora te dedicas a comentar, que también nos vale, pero no desaparezcas!!
EliminarUn besote.