Las cosas no son como yo quiero, cambiaría algunas, bueno, muchas. Pero todas me hacen descubrir sensaciones, emociones, estímulos, reacciones...nuevas. De lo más horrible se aprende y de lo más bonito y dulce también y siempre, siempre, positivo y negativo van juntos de la mano, se complementan:
El dolor tan fuerte del parto y el placer tan dulce del calor del recién nacido. El miedo y sufrimiento ante la enfermedad y el amor y cuidado de los que nos rodean cuando estamos enfermos. La impotencia ante una desgracia y la fuerza y valor para afrontarla. La tristeza de la despedida y la ilusión de encontrarse con lo nuevo...El cansancio después de una caminata, después de un día de trabajo, después de una mala noche, después de una discusión, después de un día de fiesta, después de una mala racha, después de un desengaño, después de un largo viaje...y el descanso del guerrero. El llanto y vacío por las ausencias y la sonrisa por lo vivido y la esperanza de volver a encontrarlo. La rabia, el odio y la maldad... y el perdón y la bondad a cambio...
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