Si, desde el cielo, esta tarde escucho golpear el agua en los cristales y pienso, un año más.
De nuevo vísperas del Día de Todos los Santos, de nuevo la visita obligada a la floristería , sí, esa floristería, la de rosas especiales que llegan en la mano y dicen un día cualquiera, cuando menos te lo esperas, " te quiero"
LLevaré rosas, las pondré en las tumbas y les contaré, como cada día, que mi vida sigue sin ellos, que me hago mayor y se hacen mis hijos. Que pienso en lo que pudo ser y en lo que la vida... o la muerte, no dejó que fuera. Que entiendo, con el tiempo, situaciones y actuaciones que de joven no entendí.Que los quiero a los dos, pese a ser tan diferentes. Que la vida no es fácil pero que me educaron "cual espartana" y aprendí a vivir. Porque no se pueden perder los segundos, la eternidad es muy laaaaaaaaargaaaaaaaaaa, la vida, no.
Les prometeré, como siempre, aprovechar cada momento, cada experiencia, cada regalo, cada mirada, cada beso, cada abrazo, cada encuentro, cada despedida, cada viaje, cada sonrisa, cada llanto, cada amistad, cada canción....como si de la última se tratara...
No quiero sentir que me dejo algo en el camino, lucharé por mis certezas y no dejaré que me venzan el cansancio ni el desánimo,
Sabrán de mis temores y de mis amores, les pediré consejo y apoyo. Y pediré a mi madre, ella era la creyente, que no sea dura conmigo e interceda ante San Pedro para que, en alguna ocasión, haga la vista gorda y mire con el corazón, seguro que se ablanda y me da el salvoconducto para esa larga eternidad.
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