No soy creyente, algo casi evidente y que se deja apreciar en algunas de mis entradas. Hago esta aclaración para que podáis entender lo complicado de esta relación entre esta persona, sacerdote, y yo. Un sacerdote perteneciente a La Obra, un sacerdote del Opus Dei...y yo...puff, menuda mezcla.
Pues bien, ayer, fue despedido de la catedral por casi cien sacerdotes, un obispo y numerosos fieles venidos de distintos lugares de nuestra provincia donde ejerció como tal . Fue una despedida a lo grande, se marchó muy bien acompañado pero... la realidad es que murió solo.
Jamás pensé que iría a su entierro, sólo fueron las circunstancias las que me llevaron a asistir a él, me alegró haber estado. Hubo un momento en el que incluso me emocioné, pensé en la cantidad de secretos bien guardados que se marchaban con él, en cuantas personas de las que allí asistían, en algún momento de sus vidas, habían recurrido a él (era alguien influyente en su época) e incluso habían logrado una vida diferente gracias a su ayuda...Y me pregunté ¿Cuantas de ellas realmente sentirán su muerte? En ese momento me di cuenta,¡¡ Yo lo estaba sintiendo!! Lamenté que muriera la única persona capaz de sacar todo el dolor y la pena, la angustia y el amor, la tristeza y la desilusión y la verdad, verdad, de mi vida. La única persona que consiguió una confesión, sin confesar, y que me confió y mostró su parte más humana, más terrenal y más sincera. Me entendía perfectamente, nunca hablamos de "pecado" y jamás pensó que mereciera penitencia.
Las pocas veces que "permití" un acercamiento sirvieron para enaltecer, por su parte, a los míos y a mí. Y me asombró muchísimo que lo único que le molestase de mi vida fuera mi participación con un grupo "non grato" para él. De hecho no tuvo pelos en la lengua a la hora de reprochármelo. Pero tampoco los tuvo en el momento de elogiarme, incluso delante de terceros, ni de aconsejarme seguir siendo y viviendo como hasta ahora lo he hecho.
Hace tres días murió una persona desconocida para casi todos, pese a ser reconocida públicamente en numerosas ocasiones. Alguien que formó parte de nuestras vidas en las que no supimos apreciar su presencia y que, probablemente ( estoy segura) también necesitaba que lo escucharan, visitaran y apreciaran y abrazaran. Hace tres días, como él preveía, murió triste y solo, descanse en paz.
Conclusión: nadie es bueno ni malo por sus creencias o no creencias religiosas. Gente que merece la pena la hay de todo credo y condición. Y tú te topaste con una de ellas.
ResponderEliminarLo siento por lo que a ti te toca.
Un abrazo.
No sé hasta que punto era o no, simplemente reconozco que, las veces que dejé que se aproximara, merecieron la pena.
EliminarUn besote grande, maestro.
No importa el creer o no creer, creemos en las personas vengan de donde vengan, nadie es más bueno por ser creyente, el serlo es algo innato a la persona.
ResponderEliminarUn abrazo.
Nuestra principal diferencia no era la de creer o no, tengo grandes amigos creyentes y jamás me cuestionaría la relación con una persona por sus creencias religiosas. Nuestras diferencias tenían más que ver con nuestra actitud ante la vida muy diferente. Jamás pensé, viendo sus actuaciones, que pudiéramos coincidir en algo y, sin embargo, lo consiguió, consiguió que viera más.
EliminarUn besote grande.
Yo también estoy de acuerdo con los comentarios anteriores. Lo que cuenta es la persona en conjunto, no una parte de ella.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Detalles.
No hay duda, lo que cuenta es la persona, pero ¿Sabes lo difícil que resulta mezclar el agua y el aceite? Pues su vida y mi vida eran algo así, al menos eso pensaba, pues, al final, he entendido que teníamos mucho más de lo que creía en común.
EliminarUn fuerte abrazo, ohma.
Pero es que podíais estar muy alejados en creencias y sin embargo no dejaba de ser un humano como tú. Con sus puntos negativos y sus puntos positivos. Todo el mundo tendrá algo bueno en algún momento. Y luego está lo relativo que es eso de bueno o malo. No veo contradicciones. Yo también he tenido acercamientos parciales a religiosos(yo soy menos religioso todavía que tú,ja,ja). Cuando dos personas hablan en un lugar civilizado pueden aparcar sus diferencias y encontrar terrenos comunes. Besos
ResponderEliminarComo ya he comentado, S, nuestras creencias no eran lo que nos separaban, era la actitud ante determinadas situaciones, la postura adoptada...Supongo que, con los años, ambos nos hicimos mayores y descubrimos varias versiones sobre la soledad.
EliminarMe gustan los lugares civilizados, pero los utilizo menos de lo que debiera.
Besos.
Me parece que voy a tener algun problemilla con esta opinión. Cada uno sentimos dentro de nosostros el apego, la emoción, el cariño, el desdén, o cualquier sentimiento independiente de la calidad humana de la otra persona, a nosotros nos llega o nos aborrece, sin motivos que tengamos que objetivizar, ni explicar, no juzgamos, sólo sentimos a esa persona. Pero (dicen que toda la argumentación comienza después del "pero") si a este hombre le tenías en mucho aprecio y decides contarlo a todos nosotros exaltando sus valores podías haber omitido que era del Opus; es que la historia está ahí para poder consultarla.
ResponderEliminarR.I.P.
En ningún momento hablo de tenerle mucho aprecio, tampoco exalté valores.Simplemente reconozco que fue capaz, pese a no estar de acuerdo con él en casi nada de lo que hacía y decía, de demostrarme que si que tenemos cosas en común y que no todo es lo que parece,
EliminarY ¿Por qué no decir que es del Opus? Si lo es. Supongo que si tienes un amigo calvo, puedes decir que es calvo, especialmente si hablamos de pelo...
Nada de problemilla, un beso.
me hubiera sabido poder decir algo así no hace mucho cuando un buen amigo se fue como el tuyo, sin que yo me enterase. Ay, detalles, gracias por contarlo ... a mi me ha servido para redimir alguna pena.
ResponderEliminarMe quedo con esa frase ... "Fue una despedida a lo grande, se marchó muy bien acompañado pero... la realidad es que murió solo."
Triste pero cierto, Enrique. Igual menos reconocimientos públicos y más afectos y compañía. Es la vida....y la muerte.
ResponderEliminarBesotes grandes.
Ese es el destello de... Saber leer más allá.
ResponderEliminarUn abrazo de luz