En las primeras reuniones y tertulias con él, cuando apenas sabía quién era, su agudeza, chispa, don de gentes, facilidad de palabra, simpatía, educación, saber estar...todo me decía que era "el más complicado de mirar" pero la persona con más encanto que iba a conocer en mucho tiempo... lo ha sido y sigue siendo, pese a todas esas vicisitudes que la vida le tenía preparadas.
Pues bien, en uno de nuestros encuentros tertulianos, con café en mano, me habló de una prenda de vestir: "el chubasquero" .
Según Pepe (es su nombre) él se lo colocaba cada mañana nada más ducharse, en invierno y verano. Como comprenderéis mi cara de sorpresa era un poema, pero ahí va su explicación:
Para salir a la calle, enfrentarse cada día con personas y situaciones a veces complicadas, no había nada más cómodo para poner ¡¡Todo resbalaba!! Y, según él " era la mejor manera de cuidar que te hicieran daño".
Pasado el tiempo compruebo que no es cierto, hay dolores que no se pueden evitar ni con un chubasquero, pero...¡¡ Cómo ayuda esta filosofía de vida a afrontarlos!!! No todo resbala, pero ayuda a que caiga despacito y cale menos, un beso Pepe.
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