Mis hijos no se molestan, saben que los quiero con locura y que no los cambiaría por nada ni nadie. Pero, también, saben de mis locuras temporales transitorias y aceptan "pulpo" cada vez que su madre tiene un antojo. Y, esta mañana, me he despertado pidiendo un Nicolás para Reyes.
Qué madre no quiere ver como su hijo consigue eclipsar a la sexta, con un subidón de audiencia en tele 5, contando sus aventuras y desventuras entre CNI, Zarzuela, Moncloa, Pujol...¡¡Es una pasada!!
¿Imaginan la cara de sorpresa de esos padres? Me gustaría ver la mía en una situación similar.
Mi hijo: universitario, piso compartido, botellón, tupperware, chicas, clases, prácticas....llamada al atardecer preguntando por el día y por lo que ha comido o dejado de comer, gran preocupación sobre el uso de la lavadora (mezcla ropa blanca con la de color). Mayor preocupación cuando habla de política, huelgas, manifestaciones y afiliaciones. Bastante mayor cuando hablamos de notas, asignaturas y profesores. Ni que decir tiene cómo nos sentimos cuando pensamos en un futuro no muy lejano, cuando termine sus estudios....
¡Vale!! Igual la vida de mi hijo de veintiún años es aburrida...Pero si a mi me dicen que este chico, con esa cara de niño bueno, va a estar metido en tanto fregao... Mi hijo, con la cara de bicho que tiene, ni pensar quiero. ¡Un día de estos me viene con su doble vida! Y yo, paso de ser" la que prepara los tupperware", a llevar micros y guardaespaldas como Whitney Houston ¡¡Ojo!! Yo también quiero un Kevin Costner,por otro lado, bien merecido por ser " la mamá de..."