No tengo talentos especiales pero, si, reconozco que soy tremendamente curiosa
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domingo, 23 de noviembre de 2014

¡¡Yo quiero un Nicolás!!






Yo quiero un Nicolás, antes me pedía un Nadal, pero desde anoche quiero un Nicolás.
Mis hijos no se molestan, saben que los quiero con locura y que no los cambiaría por nada ni nadie. Pero, también, saben de mis locuras temporales transitorias y aceptan "pulpo" cada vez que su madre tiene un antojo. Y, esta mañana, me he despertado pidiendo un Nicolás para Reyes.
Qué madre no quiere ver como su hijo consigue eclipsar a la sexta, con  un subidón de audiencia en tele 5, contando sus aventuras y desventuras entre CNI, Zarzuela, Moncloa, Pujol...¡¡Es una pasada!!
¿Imaginan la cara de sorpresa de esos padres? Me gustaría ver la mía en una situación similar.
Mi hijo: universitario, piso compartido, botellón, tupperware, chicas, clases, prácticas....llamada al atardecer preguntando por el día y por lo que ha comido o dejado de comer, gran preocupación sobre el uso de la lavadora (mezcla ropa blanca con la de color). Mayor preocupación cuando habla de política, huelgas, manifestaciones y afiliaciones. Bastante mayor cuando hablamos de notas, asignaturas y profesores. Ni que decir tiene cómo nos sentimos cuando pensamos en un futuro no muy lejano, cuando termine sus estudios....
¡Vale!! Igual la vida de mi hijo de veintiún años es aburrida...Pero si a mi me dicen que este chico, con esa cara de niño bueno, va a estar metido en tanto fregao... Mi hijo, con la cara de bicho que tiene, ni pensar quiero. ¡Un día de estos me viene con su doble vida! Y yo,  paso de ser" la que prepara los tupperware", a llevar micros y guardaespaldas como Whitney Houston ¡¡Ojo!! Yo también quiero un Kevin Costner,por otro lado, bien merecido por ser " la mamá de..."




Pobre ilusa

Hace muchísimo tiempo que no hago comentario alguno sobre el circo político de nuestro país. Supongo que, como tantas otras cosas, ha terminado por aburrirme. Hasta el punto que ahora, cuando pongo la televisión, me maltrato viendo programas del corazón.
Y es que he pasado de la sorpresa, la rabia y la indignación a simplemente el aburrimiento.
Me aburren sus caras,me aburren sus mentiras, me aburre su demagogia barata, me aburren sus reformas, sus debates, sus acusaciones, sus disculpas, su contabilidad en B, sus comisiones, sus tarjetas, sus viajes privados, su hipocresía, sus datos irreales, sus coches oficiales, sus trajes, sus independencias, sus bancos,sus cursos de formación,sus ERES sus...sus...sus... ¡¡Siiiii!¡¡Sussssss!!
Y yo que pensaba, bendita inocencia la que dan los pocos años, que después de 1.975 por fin tendríamos unos dirigentes que, elegidos con plena libertad, nos representarían y defenderían los intereses de todos y cada uno de los ciudadanos de esta España nuestra. ¡Pobre ilusa!.